Archive for Marzo 2010
- In: Espectáculo | Imagem | Pedagoxia
- 16 Comments
por Txito do Pinto
Ocurre que es más fácil dialogar con tus prójimos que con autores lejanos. Estos permanecen entre la vida y la muerte, fantasmáticos, en libros sepulcrales que aguardan ser destapados. En el diálogo, toman posesión del interlocutor y, si crees tenerlos de frente, caes en el engaño. No obstante, por su carácter demoníaco, los grandes autores son la encarnación del espíritu, lo cual no es poco [conviene citar a Hegel]. Felizmente, aquí tenemos el texto [Teoria da Imagem] de un igual, un pensador de carne y hueso para los tiempos que corren. Celebro que haya podido surgir ese texto. Representa la singularidad, la visión teórica de la subjetividad y la encarnación de una voz propia, que se describe. Tiene apresto, imagem, una textura superficial en alta definición. Esta noción, en la divulgación que hace, permite una concepción fractal de lo infinito y la totalidad. Es decir, un paradigma inmanente (vid. nota 7) que es, como pretendemos hacer ver en este artículo, en el fondo, un idealismo. Que así sea, o no, es solamente un aspecto del debate que plantea, no lo agota. La etiqueta, por otra parte, no pretende ser una apreciación moral, porque ésta sólo se da si se parte de una relación ideal con los valores y, por tanto, de una polémica en torno a los cuáles poner el énfasis. La discrepancia, desde un punto de vista moral, es decir, desde un idealismo con cualesquiera valores, sólo se da realmente en la puesta en escena, en el diálogo, en la pacificación. No se mata por moral, pero sí se hace justicia, porque la voz se reclama primero con un grito. La crueldad del niño, la conspiración del reo o la actuación de un actor no son hechos delictivos. No hay violencia, porque hay polémica moral.
Comentarios recentes